¿Qué es exactamente la etiqueta roja de la DGT?
La etiqueta roja no es un distintivo que se compra o se solicita. Es una calificación que recibe un vehículo como resultado de una inspección técnica (ITV) muy desfavorable o por otras cuestiones administrativas graves. Su función principal es alertar de que el vehículo no es seguro para circular ni para el propio conductor ni para los demás usuarios de la vía.
Es una medida de inmovilización. Cuando un coche recibe esta "etiqueta", significa que tiene prohibido moverse por sus propios medios hasta que se solucionen los problemas que la han originado.
La gran diferencia: no es una etiqueta medioambiental
Es crucial no confundir la etiqueta roja con las etiquetas medioambientales. Mientras que las pegatinas 0, ECO, C y B clasifican a los vehículos según su potencial contaminante y les dan acceso a Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), la etiqueta roja no tiene nada que ver con la ecología.
Su propósito es puramente de seguridad vial y administrativo. Un coche eléctrico, con su etiqueta CERO, podría recibir una calificación de etiqueta roja si, por ejemplo, su sistema de frenos está en un estado peligroso. En resumen: las etiquetas medioambientales te dicen cómo de "limpio" es tu coche; la roja te dice que tu coche es "peligroso" y no puede circular.
¿En qué situaciones se asigna la etiqueta roja a un vehículo?
Existen varias circunstancias, casi todas relacionadas con problemas graves, por las que un vehículo puede acabar con esta calificación.
ITV desfavorable o negativa: la causa principal
El escenario más común para recibir una etiqueta roja, como hemos anticipado, es obtener un resultado de ITV negativa. Ojo, no es lo mismo que una ITV desfavorable. Veamos las dfiferencias:
- ITV desfavorable: Se detectan defectos graves que no suponen un peligro inminente. Te permiten llevar el coche al taller para repararlos y volver a pasar la inspección en un plazo máximo de dos meses.
- ITV negativa: Se detectan uno o varios defectos muy graves que representan un riesgo directo e inmediato para la seguridad vial. En este caso, el vehículo queda inmovilizado por ley. No puedes llevártelo circulando; debe ser transportado en grúa hasta el taller. No pasar la ITV de esta manera es la antesala de la etiqueta roja.
Algunos defectos que pueden causar una ITV negativa son problemas serios en los frenos, la dirección, el chasis o los ejes.
Vehículos con orden de precinto o dados de baja
Otro caso es el de los vehículos que tienen una orden de precinto por motivos judiciales o administrativos, o aquellos que han sido dados de baja y, por tanto, no pueden circular legalmente bajo ninguna circunstancia. Si un agente de la autoridad detecta un vehículo en esta situación, se procederá a su inmovilización inmediata.
¿Qué significa para el conductor llevar una etiqueta roja?
Las implicaciones de tener un vehículo con esta calificación van más allá de no poder usarlo. Son consecuencias serias que afectan tanto a tu movilidad como a tu bolsillo.
Prohibición total de circulación
Es el efecto más inmediato. El coche no puede circular por la vía pública. La única forma de moverlo del centro de ITV al taller, y del taller de vuelta a la ITV, es mediante una grúa. Ignorar esta prohibición es una infracción muy grave.
Restricciones administrativas: imposibilidad de transferir el vehículo
Un vehículo con una ITV negativa o una orden de precinto no puede ser vendido ni transferido a otro titular. La DGT bloquea cualquier trámite administrativo relacionado con el vehículo hasta que su situación se regularice. Esto protege a los posibles compradores de adquirir un coche con problemas graves de seguridad.
Sanciones y multas por incumplimiento
Circular con un vehículo que tiene una ITV negativa conlleva una multa de 500 euros, sin posibilidad de reducción por pronto pago. Además, los agentes de la autoridad procederán a inmovilizar el vehículo de inmediato si lo detectan en movimiento, lo que añade el coste de la grúa y el depósito.
Cómo actuar si tu vehículo recibe la etiqueta roja
Si te encuentras en esta situación, no hay que entrar en pánico, pero sí actuar con rapidez y siguiendo los pasos correctos.
Subsanar los defectos detectados en la ITV
El primer paso es llevar el vehículo al taller (recuerda, en grúa). El informe de la ITV detallará todos los defectos muy graves que se han encontrado. Un profesional deberá repararlos para que el coche vuelva a cumplir con los estándares de seguridad. Realizar un buen mantenimiento del coche de forma periódica es la mejor prevención.
Volver a pasar la inspección en el plazo establecido
Una vez reparado, debes volver al mismo centro de ITV en un plazo máximo de dos meses para una segunda inspección. Si no lo haces, la DGT podría proponer la baja definitiva del vehículo. Si en esta nueva inspección se comprueba que los defectos han sido subsanados, el resultado será favorable y la "etiqueta roja" desaparecerá.
Preguntas frecuentes sobre la etiqueta roja de la DGT
Para terminar, resolvemos algunas de las dudas más habituales de forma rápida.
¿Puedo circular con la etiqueta roja para ir al taller?
No, en ningún caso. La prohibición de circular es total. El trayecto desde la estación de ITV hasta el taller debe hacerse obligatoriamente con el vehículo transportado en una grúa.
¿La etiqueta roja es una pegatina física que se pone en el coche?
Normalmente, no. A diferencia de las etiquetas medioambientales, la "etiqueta roja" es una calificación administrativa que consta en el informe de la ITV y en los registros de la DGT. La estación de ITV puede colocar un adhesivo informativo, pero lo importante es el resultado oficial.
Sin lugar a dudas, la etiqueta roja es el aviso más serio que puede darte la DGT sobre el estado de tu vehículo. La mejor estrategia es siempre la prevención: realiza las revisiones de coche periódicas y no dejes pasar el mantenimiento. Así, no solo te asegurarás de pasar la ITV sin problemas, sino que viajarás con la tranquilidad de saber que tu coche es seguro para ti y para todos.

